sábado, 3 de octubre de 2015

El poema de Octubre: Gabriel Celaya


LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO 

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. 


Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo. 


Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo. 


Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. 


Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo. 


Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. 


Hago mías las faltas.  Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho. 


Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros. 


Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho. 


No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. 


Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.









autógrafo
Gabriel Celaya

   (España, 1911-1991)
Celaya
  Poeta español nacido en Hernani (Guipúzcoa). Se trasladó a Madrid para estudiar la carrera de ingeniero industrial; allí se vinculó a la Residencia de Estudiantes y el contacto con los alumnos de la misma estimuló su interés por la poesía. Durante mucho tiempo Celaya compaginó sus tareas de ingeniero en una empresa familiar en Guipúzcoa y escritor, hasta que en 1956 se instaló definitivamente en Madrid para dedicarse por completo a la poesía. Su primer libro, Marea de silencio (1935), reflejaba influencias surrealistas. Con Amparo Gastón, Amparitxu, su fiel compañera de toda la vida, fundó la colección -Norte- de poesía en 1947. En los años cincuenta se incorporó de lleno a la poesía social y se situó en una línea ideológica muy cercana a la del Partido Comunista. Sus libros más importantes son: Las cartas boca arriba (1951), Cantos iberos (1955), Canto en lo mío (1968) y en 1969 publicó sus Poesías completas. A muchos de sus poemas les han puesto música cantautores como Paco Ibáñez. Fue traductor de Rilke, William Blake, Rimbaud y Paul Eluard. Murió en Madrid y sus cenizas fueron esparcidas en su Hernani natal.  © M.E.
Fuente: El Poder de la Palabra 

Fotografía grúa: Marta Gil

"No eres una lagartija" : La Guía Didáctica

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